Los argumentos son
la base que justifica la validez de nuestra propuesta. Yo puedo afirmar que es mucho mejor Apple que Windows, pero mi afirmación sin más, no deja de ser un mera opinión.
Para ser convincente he de saber transmitir el por qué; y este por qué, son los argumentos. En el caso de Apple versus Windows, seguro que encontramos muchos argumentos, pero si queremos convencer sobre nuestra opinión, deberemos de encontrar aquellos que más puedan influir en la persona a la que nos dirijamos... y no sólo esto, también será básico conocer y saber contrarrestar los puntos fuertes de Windows respecto a Apple que puedan ser importantes para nuestro interlocutor.
Así pues, el primer paso sería
hacer una lista de argumentos a favor y en contra, y ordenarlos de mayor a menor importancia en función de nuestro interlocutor.
Los argumentos necesitan pruebas y éstas, pueden ser racionales o emocionales. Es importante tener en cuenta que en los procesos mentales la razón y la emoción trabajan conjuntamente y se influencian mutuamente; de hecho, las investigaciones actuales ponen cada vez más énfasis en que la toma de decisiones no es solamente un proceso racional, al contrario, los aspectos emocionales tienen un papel muy importante.
Por este motivo es esencial
aportar tanto evidencias (pruebas con valor objetivo de cariz racional y lógico)
como ilustradores (tienen la función de ayudar a clarificar, exponer, evidenciar, mostrar, o hacer más comprensible un contenido).
A diferencia de las evidencias,
los ilustradores no son objetivables pero hay ocasiones en que tienen un valor determinado. Pongamos por caso una noticia de una catástrofe meteorológica en la que se pide ayuda económica para un país que ha quedado arrasado por inundaciones. No es lo mismo si nos enseñan el mapa y nos explican con datos y números cómo las masas de aire frío han provocado esas fuertes precipitaciones e inundaciones tremendas, que si vemos imágenes de un pueblo con las casas destrozadas y anegadas por las riadas de agua y barro, familias con niños pequeños durmiendo en barracones y testimonios de padres y madres que lo han perdido todo y explican de primera mano el infierno que están viviendo. Los datos sobre las muertes, heridos, familias desalojadas, costes para reconstruir pueblos.... serían las evidencias; las imágenes, los ilustradores.
... Y recordemos que el tiempo máximo que una persona puede estar atenta ininterrumpidamente es de 10 a 18 minutos, así que es importante que los argumentos no estén repletos de evidencias e ilustradores, mejor resultar breve y claro que cargante.